Las olimpiadas son uno de los mayores acontecimientos en el terreno deportivo, social, económico y político de nuestros tiempos. Cada cuatro años el mundo se detiene para, entre el asombro y la admiración, observar el esfuerzo humano por competir y lograr gestas casi imposibles. El Olimpismo es una filosofía de vida,
que combina las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu, con el
objetivo de poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del
hombre y la sociedad. Son valores esenciales del mismo el esfuerzo, la función
educativa del deporte y el respeto por los principios éticos fundamentales.
El Movimiento Olímpico, aglutinador
de los principios del Olimpismo, tiene por objetivo contribuir a la
construcción de un mundo mejor y más pacífico, educando a la juventud a través
del deporte practicado sin discriminaciones de ninguna clase y dentro del
espíritu olímpico.
La Carta Olímpica es la norma de referencia del Movimiento Olímpico, cuya autoridad suprema es el Comité Olímpico Internacional (CIO).
La Carta Olímpica es la norma de referencia del Movimiento Olímpico, cuya autoridad suprema es el Comité Olímpico Internacional (CIO).
El Olimpismo moderno fue concebido
por Pierre de Fredi, Barón de Coubertin, a cuya iniciativa se reunió, en junio
de 1894, el Congreso Atlético Internacional de París.
En dicho congreso, el 23 de junio de 1894, se aprobó el restablecimiento de los Juegos Olímpicos y se acordó la creación del Comité Olímpico Internacional. En esa reunión se decidió que los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna tendrían lugar en Atenas, del 6 al 18 de abril de 1896.
Los Juegos Olímpicos de Atenas constituyeron un éxito, lo que animó a Coubertin a ordenar, estructurar e impulsar los principios olímpicos.
En dicho congreso, el 23 de junio de 1894, se aprobó el restablecimiento de los Juegos Olímpicos y se acordó la creación del Comité Olímpico Internacional. En esa reunión se decidió que los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna tendrían lugar en Atenas, del 6 al 18 de abril de 1896.
Los Juegos Olímpicos de Atenas constituyeron un éxito, lo que animó a Coubertin a ordenar, estructurar e impulsar los principios olímpicos.
Para la difusión de los valores e
ideales del Olimpismo y de la educación olímpica, existen las Academias
Olímpicas. La Academia Olímpica Internacional (AOI) se creó el 16 de junio
de 1961 en Olimpia, donde conserva su sede. A imagen de ella, posteriormente se
crearon las Academias Olímpicas Nacionales, con el fin de difundir los
principios olímpicos a nivel nacional. La primera Academia Olímpica Nacional fue la Española, fundada
en Madrid, el 25 de noviembre de 1968, en acto presidido por Juan Antonio
Samaranch. La Academia Olímpica Española está regida por una Comisión, con
un Presidente, siendo Presidente Honorario de la misma S.A.R. el Príncipe de
Asturias.
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