Los deportes o ejercicios que requieren toma de decisiones de colocación, velocidad, postura de diferentes partes del cuerpo, respiración o ritmo, demandan unos niveles altos de atención que estimulan dicha cualidad, teniendo transferencia a otras actividades cotidianas no deportivas que también demanden cierta meditación. ¿Estudiar después de un partido de fútbol? No es mala idea.
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